Que la Residencia de Estudiantes fue lugar de creación y encuentro de grandes artistas e intelectuales es por todos conocido, y de cuyos efectos hemos gozado en las creaciones que se produjeron a lo largo del siglo XX. Lo que no se conoce en el mismo grado es la intensidad de las relaciones personales que se dieron entre quienes convivieron en el edificio más significativo de la calle Pinar, a pesar de las múltiples investigaciones y especulaciones.
“Querido Salvador, Querido Lorquito” es la obra bajo la que la editorial Elba ha tratado de poner blanco sobre negro la totalidad de las cartas conservadas entre Federico García Lorca y Salvador Dalí. Los autores de esta edición son Víctor Fernández y Rafael Santos Torroella, que han pretendido que se pueda acceder de forma clara y completa a todas sus cartas que han visto la luz. Además, esta edición aporta las cartas que el poeta de Granada mantuvo con la hermana de Dalí, su padre y su amiga Lidia Noguer.
La amistad entre ambos artistas comenzó en enero de 1923, en la Residencia de Estudiantes en el que se encontraron algunos de los principales protagonistas de la cultura y la ciencia de mediados del siglo XX español.
La amistad entre García Lorca y Dalí comenzó en, en el contexto cultural e intelectual único de la Residencia de Estudiantes, hasta alcanzar su momento de mayor apogeo algo antes de la expulsión de Dalí de la academia de San Fernando, tal y como se recoge en las cartas. La relación se mantuvo algunos años más hasta el comienzo de su distanciamiento de en septiembre de 1928.
De Dalí a Lorca han sobrevivido más de treinta cartas, mientras que de Lorca a Dalí solamente se conservan siete. Según relata el editor Víctor Fernández en el prólogo, las responsables de la falta de esas cartas son Ana María Dalí, hermana del artista, y Gala, su mujer y musa.
En la obra “Querido Salvador, Querido Lorquito” se con un orden cronológico las cartas entre ambos de 1925 y 1936, además de una amplia selección de notas donde se explica con detalle el contexto de los envíos y el contenido de sus misivas.
Estas cartas mantienen el interés por Dalí y Lorca en un lugar central de la actualidad cultural, y permiten conocer de primera mano su relación más cercana. A pesar de su orden y franqueza no quita que haya que leer entre líneas algunas de ellas.
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