lunes, 25 de junio de 2012

Andrés Ortega escribe sobre muerte y religión en “Sin alma”


 El académico, escritor y periodista Andrés Ortega Klein (1954) se adentra en el ámbito de la novela con “Sin alma” (Galaxia Gutemberg), una obra que recorre los recuerdos y vivencias del Profesor, un neurólogo discípulo de Ramón y Cajal, en el Madrid de 1948. Un viaje filosófico de la mano de sus hijos sobre la muerte, el recuerdo y el diálogo entre ciencia y religión.


El autor presentó recientemente su novela en la librería independiente Lé entre un público abundante en el que no faltaron periodistas, escritores y políticos como Javier Solana, Ángel Expósito o Garrigues Walker. El filósofo Javier Gomá y el periodista y escritor Juan Cruz acompañaron a Andrés Ortega en la presentación.

Gomá abrió el acto haciendo una reflexión sobre el género de la novela, diferenció entre las novelas de pretérito definido y las de indefinido. “Las primeras son de un lenguaje fuerte, las segundas mucho más evocadoras. Sin alma es, sin duda, evocadora”, y resumió: “no es una novela convencional”.

Juan Cruz consideró la obra como “una narración que evoca la nostalgia al pasado”. La nostalgia a aquel momento, en la España de 1948, que podría haber supuesto un momento de inflexión, cuando España podría haberse acercado a la Europa deseada y no lo hizo. “Cuando todavía hubiese sido posible volver a los ideales republicanos, cuando pensamos que sobe las cenizas del desastre podría resurgir algo diferente y comprometido”. Pero España, de nuevo, se mantuvo apartada. Este libro resume, en palabras de Cruz, “la agonía unamuniana y permite adentrarse en los espíritus de aquella época. No habla solo del alma de los hombres, también del alma de este país”.

Me he leído el libro como ciudadano lector: es un libro que se degusta”, resumió Cruz, quien aseguró que la escritura de Andrés presenta un detenimiento que el lector debe agradecer y, en concreto este libro, ofrece el desenlace que cada uno queremos.

Ortga Klein contó que cuando llegó el libro a la editorial “se entusiasmaron y me hicieron entusiasmarme a mi, hasta pensar que había escrito algo medianamente decente”. Entre los incitadores de la escritura de esta obra el autor se refirió quienes le acompañaban en la mesa y al diplomático español Carlos Zaldivar, por sus conversaciones sobre la neurociencia y el alma.

Este libro he tardado mucho tiempo en reflexionarlo y redactarlo. Me vino bien para apartarme un poco de la intensidad política y económica de los últimos años”, dijo Ortega para referirse a su trabajo en el Departamento de Análisis y Estudios del Gabinete de la Presidencia del Gobierno durante los últimos años.

En este tiempo de difícil reflexión “por los twits, los sms, los mails y todo eso que son desumanizadores”, tenemos la necesidad de comprender sobre la vida, la muerte y el recuerdo, y aprovechar los abundantes conocimientos hacia los que se avanza, esta novela lo intenta, resumió el autor. “La muerte no es algo malo: puede ser duro el proceso de morir, pero no la muerte en sí”.

Cabe tener en cuenta, tal y como avisó Ortega, que "las creencias religiosas están decreciendo en Europa, pero en el resto del mundo está sucediendo lo contrario". La religión juega un papel fundamental a la hora de estructurar nuestros valores, y es de lo más público que hay. Y como definió el autor “es así, pero nada es eterno”.

Víctor Pons
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viernes, 22 de junio de 2012

"Verde Oliva", la nueva novela de Xavier Alcalá


La sala Cervantes de la Casa de América estaba repleta para escuchar la novela que Xavier Alcalá (Miguelturra, Ciudad Real, 1947) presentaba en Madrid. “Verde Oliva” (Nowtilus) es una narración de una historia vital entre Cuba y España en la década de los 50, la más convulsa de la isla.

La novela se basa en las experiencias de una joven Mariana, hija de un gallego «habanero» y una criolla, que emigrará a la isla desde España en los momentos más difíciles, previos al golpe de Batista y se integrará en una red secreta de agentes encargados de destruir el gobierno dictatorial. Una historia de la guerra secreta durante la revolución cubana.

Además de amigos y lectores, en la mesa acompañaban a Alcalá María González Encinar, directora del Instituto Cervanetes, Vicente Araguas, crítico literario, y Santos Rodríguez, editor de Nowtilus.

“Los escritores no se traducen a sí mismos, se versionan”, advirtió González Encinar, y eso ha hecho tantas veces Alcalá, quien ha escrito múltiples novelas en castellano y gallego, tierra que le acoge y que recuerda en todos los lugares. Precisamente los gallegos y su expansión por América son una de las claves de este libro, que pretende añadir un relato a las vivencias cubanas y, en concreto, a las sensaciones que quedaron tras la revolución.

El crítico Vicente Araguas se presentó como un admirador de Alcalá y resaltó las 10 instantáneas que más le habían gustado de la novea. Araguas desgranó la obra y aseguró que el autor “emplea la historia como medio, no como fin y siempre he pensado”, añadió en un tono jocoso, “que le faltan algún polvete, pero él siempre me dice que eso está para hacer, no para leer”.

Xavier Alcalá, que se mostró emocionado por la calurosa acogida en una ciudad en que ha vivido durante algún tiempo, ha escrito esta novela en castellano antes que en gallego y hay una razón: Mariana, la protagonista de la novela, quiso que antes de desaparecer algunos puedan leer sus experiencias y sensaciones tras participar en las guerrillas revolucionarias. “Cómo se cuenta en el libro, las de Cuba fueron guerrillas urbanas y muy poco en la montaña, la batalla fue en los pueblos, y fue brutal”.

Este libro describe la implicación de la masa gallega -y española- en la revolución. “Una revolución interclasista, interpartidista e interracial; aunque al final de la revolución hubo un golpe interno que hizo triunfar el comunismo, pero no todos los que hicieron la revolución contaban con ello”. Por eso, esta es la historia de un triunfo, pero también de una decepción: “la de la gente que hizo la revolución y no se vio reflejada en el resultado”, añadió Alcalá.

Xavier Alcalá se adentró en los sucesos de la novela y advirtió que “a Fidel Castro le pasó cómo a Franco, a Fidel le vino muy bien que mataran a Frank País igual que a Franco le vino muy bien que mataran a José Antonio”.

El autor, que antes escribió una novela sobre los evangelistas, relacionó el momento de emigración masiva del siglo XX con el que ahora vivimos: “la gran crisis no es financiera, es que a todos los que hemos formado están emigrando”.

Para terminar el acto hizo algunos apuntes sobre los nuevos tiempos de la literatura. Alcal,a que recientemente ha sido nombrado miembro del consejo de administración de una destacada editorial, aseguró que la literatura va a seguir existiendo, pero el transporte y el soporte del texto y los intermediarios ya están cambiando, y nos tenemos que adaptar”. Tal es el caso que avisó de que “es la primera vez en 40 años de publicar libros que antes aparece en digital que en papel: esto son los nuevos tiempos”.
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sábado, 16 de junio de 2012

"Gnadenlos (Sin compasión)" - Ganador del IV premio Bubok

Sin compasión. Gnadenlos. Así es el mundo de la publicidad, “un lugar lleno de drogas donde no existe la inteligencia, el reparo ni nada que les ate a la más mínima decencia”, donde la locura y la cordura no se distinguen y donde el publicista debe decidir "cuanto está dispuesto a vender, subarrendar o regalar de su tiempo para acceder a la Liga A de las empresas publicitarias". Con esas palabras, el ganador del IV premio Bubok, Ralph del Valle definió a las agencias publicitarias, un mundo del que él se salió hace 6 años tras una discursión con su jefe. "Me dió una carta con mi finiquito, lo que él no supo es que me pagué 6 meses en Berlín a su costa y eso me permitió establecerme en la ciudad", afirmó el autor.

Allí escribió su primera novela Gnadenlos, (léase como si fuera esdrújula), en la que retrata los excesos y prácticas de las agencias. Para abrir boca, el libro habla de creativos cocainómanos, anunciantes oligofrénicos, golfas, trepas y ególatras, entre otras cosas. El autor reconoce que la novela "está escrita con humor y mucha mala leche" por eso, aunque los personajes tengan cambiados los nombres, varios profesionales se verán reconocidos en ellos.

El personaje tiene un monólogo interior en donde reflexiona sobre las cosas que experimenta, la falta de criterio, de moral o ética de la publicidad; que según Ralph del valle es un fiel reflejo de la realidad: "Seguro que estas mismas cosas pasan en otros sectores, pero este es el que conozco".

Si mordaz les parece poco, mejor que vean la portada del libro. Un sobre con polvos blancos le dará la 'bienvenida'. Gnadenlos.
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domingo, 10 de junio de 2012

El Periscopio reedita la obra viajera de Vicente Blasco Ibáñez, “En el país del arte. Tres meses en Italia”


Un viajero es un testigo del mundo que no pretende contar más que su propia vivencia, directa e individual, lo que ven sus ojos. Para entender los claroscuros y los distintos puntos de vista de caminantes y caminos el grupo de El Periscopio se adentra en las obras viajeras de personajes de renombre.

Si antes fueron las obras de Concha Espina (“Singladuras, viaje americano”) o Charles Chaplin (“Mis andanzas por Europa”), el Periscopio se ha atrevido con uno de los grande de nuestras letras: Vicente Blasco Ibáñez y su viaje a Italia, “En el país del arte. Tres meses en Italia” (Ediciones Evohé).

Es marzo de 1886, en plena lucha por el control de Cuba, y Blasco Ibáñez solicita junto a otros notables la celebración en Valencia de una manifestación para mostrar el rechazo de la sociedad al apoyo de EEUU a la independencia cubana. El gobierno de España no se lo permite, pero el acto finalmente será celebrado con un fuerte enfrentamiento con la policía que ordenará detener a los promotores.

Blasco Ibáñez se esconde en casas de amigos y en barracas cercanas a Valencia hasta hasta lograr emprender un viaje en barco que le llevará a Génova. “El día 1 de abril publicará en el diario El Pueblo el primer artículo de su peregrinaje italiano, crónicas que irán apareciendo hasta el 5 de junio y que compondrán un libro editado posteriormente”, explica en el prólogo a esta edición actualizada Rosa María Rodríguez Magda, directora de la Casa-Museo de Blasco Ibáñez.

En este libro, que está escrito como un serial de crónicas enviadas a la prensa de aquellos días, un joven Blasco Ibáñez recorre ciudades como Niza, Pisa, Roma, Pompeya, Venecia, el Vaticano, Milán o Turín.

A partir de la recuperación de antiguas ediciones, El Periscopio ha apostado por sacar a la luz una edición actualizada con notas aclaratorias, correcciones y dos capítulos que desaparecerían tras la edición príncipe de 1896.

Blasco Ibáñez fue expléndido en su vida y en su obra” remarcó el responsable de la edición Julio Castelló en la presentación de la obra en Madrid, celebrada en la Casa de Valencia. Por su parte, Jaime Alejandre, miembro de El Persicopio, calificó la obra de “bellísima literatura” y añadió que el autor “conoció la cárcel y diversos exilios, y este libro nació de uno de ellos. Blasco fue capaz de dejar pasar su camino al Nobel por no perder su valor crítico”.

El Persicopio es un proyecto en el que algunos llevan soñando más de 30 años y que cuenta con el apoyo de Ediciones Evohé. Sus miembros impulsan la reflexión y tratan de recuperar obras de carácter viajero, centrándose en las convulsas décadas de finales del siglo XIX e inicios del XX. El grupo literario lo integran Jaime Alejandre, Julio Castelló, Juan Pedro de Gaspar, Arturo Gonzalo y Javier Quintas.
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sábado, 2 de junio de 2012

“El escalón 33”, de Luis Zueco



“Visitando un castillo me di cuenta de que tenía que escribir una novela poniendo en el centro aquel espacio tan especial”. Luis Zueco acaba de publicar “El escalón 33” (Nowtilus), una novela de acción e intriga que se adentra en el mundo oculto de los libros, con el foco en los castillos y un singular homenaje a Madrid, “la ciudad de los libros”.

Silvia trabaja en la Biblioteca Nacional, es restauradora de libros y piensa que ninguno es igual que otro. Un día descubre un libro con enigmas sorprendentes que la llevarán a una aventura por la ciudad de Madrid y que posteriormente la llevarán a la historia medieval y los castillos de España con la ayuda de Alex, un especialista de la época. También seguirán sus pasos un ladrón de arte y una extraña mujer que añaden misterio y plantearán multitud de enigmas a lo largo de la novela.

“Me di cuenta de que no había novelas ambientadas en castillos, estando España plagada de ellos”, contó Luis Zueco en la presentación del libro en La Casa del Libro de Madrid dando las claves de la obra, pero sin llegar a desvelar la trama.

“En muchas piedras de los castillos hay marcas de cantero que dan mucho juego al relato”. Todo el libro está basado en hechos históricos, de los que Luis Zueco es un gran conocedor. “Mi especialidad en historia son los castillos. Siempre me han interesado, pero hasta ahora solo los había trabajado desde el punto de vista científico”.

Toda la primera parte de la novela sucede en un Madrid muy actual, “con sus bares, sus barrios, los cines y los retrasos del metro”, cuenta el autor. “Uno de los protagonistas es un jubilado de Lavapiés”.

La novela, de la que el pasado domingo se agotaron todos los ejemplares a la venta en la Feria del Libro, está plagada de personajes. “Cuando escribo hago fichas con los distintos personajes, con su perfil psicológico, físico, tics, vocabulario... hay que entender a los personajes para comprender como actúan. Nadie es bueno o malo por definición”. Luis Zueco se tomó como un reto ponerse en el papel de una mujer, “fue difícil, pero el resultado creo que ha sido muy satisfactorio”.

Luis Zueco advierte a los lectores: “esta novela es como la etapa del románico: nada es como parece a simple vista”.
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