jueves, 11 de abril de 2013

Las jornadas retrofuturistas de Chapinería

Bajo el título de "Dystopic Madrid", tuvieron lugar en en el pueblo de Chapinería unas jornadas retrofuturistas a finales de Marzo. Uno de los organizadores del evento, al cual conocí recientemente por formar parte del elenco de autores de la antología "Ácronos", me preguntó por la posibilidad de montar un taller de escritura de relatos. Algo que nunca antes había hecho, y ni tan siquiera me hubiese planteado. Pero, tal y como expliqué en mi presentación "guiado por el ego del escritor, sólo pude decir que sí".

Por supuesto, a medida que se fueron acercando las fechas me empezaron a entrar los nervios y, parafraseando a Lope de Vega, aumentaron mis dudas sobre cómo iba a salir de semejante aprieto. Ignoraba cuál iba a ser el número de asistentes (me amenazaban con que podía alcanzar la veintena) y, sobre todo, me preguntaba en qué punto de la creación literaria se encontrarían. ¿Serían aficionados que sólo lo practicaban como hobby? ¿Acaso hablaría para autores "en ciernes", que ya tendrían muchos de los principios aprendidos? En ese mar de dudas me presenté en el local, con sólo unas notas y mi desparpajo como defensa.

Primera trampa: antes de mi taller habían organizado un recital de poemas, y de pronto me encontré en la tesitura de tener que declamar en público. Por suerte, el trago sirvió para calmar los nervios y conocer a los que luego iban a ser "sufridores" de mi charla. La mayoría de los cuales, obviamente, habían acudido con sus galas "steampunk" al evento.

Así pues, y durante hora y media (infinito arriba, más o menos) procuré transmitir las notas del estilo que defiendo al escribir relatos. El resultado, teniendo en cuenta todo lo anterior, fue satisfactorio. No tuve que pelearme con ningún "escritor resabiado" al defender mis ideas básicas, hubo oportunidad de soltar alguna broma para hacer reír a los presentes, y hasta se debatieron algunos de esos principios. La opinión general es que había sido una introducción práctica, hasta donde pude averiguar a posteriori, para el taller propiamente dicho.

El procedimiento para realizar el taller fue (casi) improvisado: tras proponer una frase inicial, se fue desarrollando un cuento en conjunto, procurando que cada uno de los presentes aportara algo, hasta que tuvimos un primer borrador. Esta parte fue más distendida, sobre todo porque los participantes dejaron volar su imaginación. Y luego fue el momento de decidir cómo estructurarlo para poder dar el relato por acabado, que me obligó al esfuerzo de explicar el proceso mental durante la reescritura. ¿Qué se está contando? ¿En qué tono? ¿Cómo se llega allí? Si alguien tiene curiosidad por saber qué salió de todo eso, puede leer mi versión en Facebook (https://www.facebook.com/notes/rafael-g ... 4409885822).

En definitiva, una experiencia muy interesante que, con mucha seguridad, no me importaría repetir en un futuro.

Rafael González

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