Ayer día 12 de Junio, se organizó en la Casa del Libro una mesa redonda sobre Novela Negra, los autores presentes, fueron nuestro Jerónimo Tristante , , Juan Bolea y Míchel Suñén. Siempre es agradable oír hablar de temas que te gustan, aunque hacia un tiempo que no tocaba el genero, me gusta eso de cambiar de registro de lectura.
De Jero, poco puedo deciros, cuando habla engatusa hasta a las sillas del auditorio, su sentido del humor le transpira por los poros y en él la tolerancia se tiñe de radicalidad militante. Como le tengo cariño, no le voy a dorar mas la píldora porque vaís a decir que parezco mas una fan pancartera con tintes de hooligan militante que una seguidora de sus escritos. Lo quiero como a un amigo.
Juan es una personalidad muy conocida y un fantástico comunicador: le acompañan gestos, modulación y una voz preciosa. Sabe transmitir y convencer. Aunque apenas he leído de él un par de novelas y al no ligarme el contacto personal tampoco me he esforzado mucho en seguir su carrera literaria.
Míchel fue un descubrimiento, no lo conocía de nada, aunque quiere sonarme ver sus libros por alguna mesa de librerías. Pero no estuvo por debajo de sus compañeros de tertulia y sus argumentos sobre el tema de la novela negra fueron contundentes y compartidos. Me gusto a demas su ritmo pausado en la palabra y en el trato que vino después, su forma de hablar y sus argumentos.
Me gusto mucho el ambiente casi familiar, las reflexiones dadas, los tres escritores tan diferentes y a la vez tan coincidentes en sus argumentos.
En Míchel, me gusto encontrarme con algo que ya había visto en los libros de Fernando Lalana, ( que es uno de los autores de juvenil mas leídos de España y al que apenas se comenta, pese a tener esa fantástica serie de detectives adolescentes que nada tiene que envidiar a los míticos cinco de Enid Blyton), tramas de intriga ambientadas en mi ciudad, que me hacen seguir las historias por sus calles, y sus referencias urbanas.
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