Pocos conocen tan bien a Gabriel García Márquez como su compañero Apuleyo Mendoza. "Gabo. Cartas y recuerdos" nos desgrana en sus páginas aspectos de sus vidas como el ejercicio de ambos como
periodistas en Caracas, Bogotá o La Habana, al tiempo que compartían la
misma devoción por la literatura.
El libro incluye 11 cartas inéditas escritas que el Premio Nobel envió desde México a Plinio, su
confidente literario, unos documentos de gran valor, en los que el
novelista expresa sus dudas, dificultades y esperanzas durante la
escritura de "Cien años de soledad".
En la presentación en la Casa de América, Apuleyo recordó que en esas cartas "me contaba sus inquietudes y le preocupaba lo que le decían sus
amigos de esta obra". El periodista dibujó un retrato íntimo del Gabo auténtico, expresando algunas de las dudas que tenía el colombiano acerca de su obra, "la cual pensaba que podía ser un gran éxito o fracaso".
"Nuestra amistad nació, tres días después de llegar García Márquez a
París, cuando le invité a cenar y al salir del restaurante vio el
Boulevard Saint-Michel cubierto de nieve", recuerda Apuleyo Mendoza. Entre los grandes viajes realizados por los dos escritores destacan los hechos a los antiguos países comunistas europeos. Si bien, García Márquez se mantuvo en sus postulados, Apuleyo confesó que regresaron "muy desengañados del mundo comunista".
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