martes, 24 de abril de 2012

Novela y traducción - Ricardo Piglia



Un libro son hojas de papel estáticas. Silenciosas. Expectantes para ser cogidas y leídas. Pero en noches como las del 23 de abril, esas hojas se transforman. Envuelven la ciudad, nos llaman, cobran vida y hacen que esa ciudad, que normalmente no duerme; en la Noche de los Libros duerma un poquito menos. Las bolsas de los transeúntes, habitualmente llenas de ropa, artilugios y perfumes; son sustituidas por libros. Más de un centenar de asociaciones, centros e institutos celebran actos por Madrid, y en todos ellos, gente, libros, más gente, más libros. Y sonrisas. Es el día de Libro, un día para que éste se sienta protagonista, orgulloso y pueda mirar por encima del hombro a las Nuevas Tecnologías, esos aparatos que no tienen Día propio, pero que desafortunadamente invaden todos los otros.

Y entre libros y autores, Ricardo Piglia. Nos habló de novela y traducción, de la importancia de la segunda ya que viendo el mercado español, casi la mitad de lo que leemos proviene de otras lenguas.
Vivimos en un mundo tan altamente tecnologizado que ya es posible que una máquina traduzca instantáneamente un texto, sin embargo, Ricardo Piglia asegura que lo que no van a conseguir es sustituir a los traductores. "Los traductores escriben el libro de nuevo, e incluso, a veces lo mejoran" afirmó Piglia en un Acto en la Real Casa de Correos. No obstante, Piglia advirtió de la amenaza constante que supone que la lectura pueda ser desviada por la traducción, "nunca se sabe si se ha hecho una traducción literal o libre".

Hizo referencia a Borges, quién practicó una 'lectura equivocada', "leer la filosofía como si fuera literatura fantástica"; lo cual le condujo a preguntarse "¿qué significa leer bien?" o "¿qué significa leer mal?", apostilló.
Sobre el acto de leer, Piglia comentó que la relación entre la lectura y la imagen es temporal: "cada vez que leemos algo tenemos que dar el tiempo necesario para que nuestra experiencia pueda asimilarlo", tras lo cual añadió, "leemos a la misma velocidad que en tiempo de Aristóteles". Parece que eso, ni los años, ni la tecnología podrán solucionarlo

4 comentarios:

Xavier Beltrán dijo...

A ver si realmente la gente empieza a darse cuenta del papel tan importante que desempeña(mos) los traductores, porque verdaderamente se trata de una reescritura y es lo que los lectores acaban leyendo.

Anónimo dijo...

Me parece que se trata de RICARDO PIGLIA

juliaduce@gmail.com dijo...

Ha sido un error de transcripción, Muchas gracias por avisar.
Un abrazo

Hosting Bogotá dijo...

Una muy buena labor, que gusto leer cosas tan bien hechas. Un saludo.