¿Hasta dónde llevarán los árabes su lucha por la karama? Se pregunta Sami Naïr.
Karama, una palabra desconocida para los profanos del árabe, significa dignidad y eso fue lo que llevó a los tunecinos a las calles a principios de 2011, tras el suicidio del mercader Bouzazi, para derrocar a la dictadura de Ben Ali. “Los árabes inventaron una cosa maravillosa: las repúblicas hereditarias, regímenes que, como vemos, no son aceptados por la población”, explicó Naïr en la sala Ramón de la Serna del Círculo de Bellas Artes.
Tras las primeras elecciones democráticas del año pasado, el partido islamista de En Nahda (Renacimiento) se hizo con la mayoría de los escaños del nuevo Parlamento, lo cual plantea para Sami Naïr el problema de qué rumbo tomará la república tunecina: secular o al servicio del Islam: “¿democracia es aceptar la dominación del Islam porque son mayoría?”, reflexionó Naïr.
No obstante, reivindicó el papel del Islam dentro de la cultura árabe ya que “los países colonialistas nos arrebataron los recursos, las mujeres, las tierras pero nunca el Islam” y añadió que “el Islam es compatible con la modernidad”.
Por su parte, el ex presidente de Gobierno, Felipe González, abogó por una mayor colaboración por parte de la UE con Túnez y criticó la supuesta superioridad moral europea: “no podemos dar lecciones de democracia porque estamos como los Picapiedra, al inicio del inicio”.
Entre los motivos que provocaron las revueltas, González citó el impacto que tuvo para los tunecinos ver a un compatriota inmolarse por dignidad, aunque aclaró que los autores establecen orígenes diversos: “un amigo norteamericano comentó que la caída de Sadam Hussein fue la que provocó el inicio de la revolución. Bueno, las interpretaciones son libres así que, lean el libro.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario