Pocos se sinceran delante de los periodistas pero, aunque Ignacio Vidal-Folch renegase de la frase, el autor catalán es unos de los pensadores más lúcidos y libres del panorama literario español. Habituado a escribir un dietario desde 1998, recopila en 'Lo que cuenta es la ilusión' (Destino), observaciones y anécdotas en clave de humor acerca de la vida corriente de las personas. “Hay muy poco ensayos, la mayoría son comentarios de personas en un bar o en la calle”, dice el escritor.
Reconoció los peligros que tiene escribir un dietario ya que “puede convertirse en un monumento al ego”, sin embargo, comentó que no ha querido utilizar el tono melancólico propio de los dietarios sino, buscar los puntos de humor “para no abrumar con penas al lector”. En un ambiente distendido y coloquial, Vidal-Folch habló de que “hay cosas reescritas en el libro para que sea más ameno”. Preguntado por un periodista, tuvo la ocasión de revelar una anécdota del libro con un hombre, cuando este le comentó: “Tú escribes libros porque tienes suerte. La suerte es más importante que el dinero porque los del Titanic tenían dinero y mira”.
El dietario comprende el periódo entre los años 2007-2010 ya que según confesó el escritor, “los anteriores fueron muy tristes por la pérdida de seres queridos”. No obstante, ‘Lo que cuenta es la ilusión’ rebosa de hallazgos, confesiones, divertidos exabruptos, brillantes consideraciones acerca del arte, de la literatura y de la condición humana, anécdotas hilarantes, sentencias propias y ajenas que si bien, como destacó el autor, “no son importantes ni para una novela ni para un periódico, si lo son para mí”.
En el encuentro en la librería La Central de Callao, habló sin tapujos sobre sus impresiones de lo que está sucediendo en Cataluña (“espero que esta sensación de ridículo espantoso pase pronto”) y la crisis que afecta a nuestro país. En este punto, afirmó rotundamente conocer la receta para salir de ella: “que vengan los bárbaros”. Y explica que se refiere "a los europeos". Tras cinco años sumidos en el pozo, Vidal-Folch reclama "que ellos nos arreglen lo que nosotros no somos capaces de solventar".
Hablando sobre la coherencia, el autor catalán mostró sus respetos a la decisión de Javier Marías de no recoger el Premio Nacional de Narrativa. Añadió que él también es muy coherente en su vida y a fuerza de ello ha subrayado su propio perfil, pero advirtió que “si uno no cambia nada, se vuelve caricaturesco”.
Finalmente, Vidal-Folch lamentó entre risas que las buenas obras –“como la mía”- se tengan que abrir a codazos en las librerías con publicaciones que no aportan nada. Un mercado editorial, el español, que supera en número de títulos publicados al inglés. “Quizás se deba a que las pequeñas editoriales resisten mejor el impacto de la crisis que las grandes”, aventuró el escritor.
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