Un día de mayo llega un hombre vestido
de soldado y le dice que es libre, que ya no tiene que seguir
trabajando forzosamente. Quizás el prisionero brinde y sienta
euforia en un primer momento. Si tiene oportunidad pegará a su
antiguo jefe Luego tiene que iniciar el largo camino de vuelta a su
casa. No hay transporte así que camina por lo que queda de las
carreteras de un país arruinado y destruido. Es un mundo en el que
las fronteras entre países parecen que se han disuelto, dejando un
único paisaje infinito por donde la gente viaja buscando comunidades
que ya no existen.
Descubrirá que no hay tiendas, porque nadie tiene nada que vender. No hay comida. Nadie se fía de nadie. Hasta hace un par de días eran tus enemigos. No hay gobierno, ley, orden o instituciones. Solo robos, pillajes y saqueos. Cuando llegues a tu casa, verás -si no hay ha sido destruida- que hay gente que vive allí. Son los nuevos ocupantes. Tu familia estará muerta o por algún lugar lejano de Europa. Eso si eres hombre. Si tuviste la suerte de nacer mujer, seguramente algún 'libertador' (da igual el bando) te habrán violado, o directamente, te habrás prostituido tú para conseguir un poco de comida. No hay vergüenza. No hay moralidad. Solo supervivencia.
“Todos tenemos el mito de que la guerra acabó el 8 de mayo de 1945, se hizo una fiesta y todo pasó. Sin embargo, eso no fue así”. La Europa que salió de la guerra lo describe muy bien el título de la nueva novela del historiador británico Keith Lowe: 'Continente salvaje':
Por eso, el autor consideró “absurdo” hablar de normalidad tras la victoria de los Aliados. Según Lowe, “la historia de la posguerra no es por lo tanto una de reconstrucción y rehabilitación, sino de la caída en la anarquía”, en la que las venganzas políticas y personales están al orden del día y el odio ocupa un lugar central en las relaciones sociales. Su relato cobra fuerza a medida que los datos que desglosa se acompañan de testimonios de los supervivientes de la época.
Se ha escrito mucho sobre el periodo anterior a la guerra y sobre la propia Guerra en sí. Se crearon leyendas positivas como las batallas de El Alamein, Stalingrado, el Día-D o el cruce del Rín pero para muchos la Historia acaba en 1945. Lowe explicó que no se conoce nada de la posguerra “porque no casa con la imagen que tenemos de nosotros mismos”. La idea de libertadores choca con el hecho de que en Grecia hubo más muertos en la guerra civil posterior -estando bajo mandato británico- que durante la Guerra Mundial. “Se tardó mucho en traer la paz”, apuntó.
En un continente desgarrado por la muerte, fue necesario que los ciudadanos y las naciones crearan mitos para sentirse bien con ellos mismos y volver hacia un sentimiento de unidad. Así, Lowe señaló que todas las leyendas que descubrió le sorprendieron. “Parecía que todos los franceses eran parte de la resistencia o que todos los italianos estaban unidos contra Mussolini”. El historiador confesó que le desagradó comprobar que el apoyo al fascismo no se limitó a varios actos individuales sino que “hubo organizaciones y comunidades en todos los países que les apoyaron”
2 comentarios:
Gran libro. Un placer leerlo y descubrir nuevas cosas. Muchas gracias
Magnifico libro. Esperemos que la Historia no se olvide
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