Hace unos días, me di cuenta en el foro de terror que se había producido un reencuentro entre un autor y su lector de hace años para el que tanto significo le pedí a Marsten, que me contara como lo sintió y fue tan amable de dejarme el articulo que sigue:
Cuando tenía 15 años (allá por 1988) un amigo mío me aconsejó que leyera dos novelitas de terror de un tal Ralph Bardy: El Último Reducto y La Aldea Muerta. Se las había encontrado olvidadas por su casa, por curiosidad se las había leído y las encontró geniales! Eran aquellas novelitas de pequeño formato de la editorial Bruguera, de no más de 100 páginas, que se vendían en los quioscos cada semana y que valían unas 60 pesetas.
En aquella época mi amigo y yo ya empezábamos a disfrutar con todo lo relacionado con el terror: veíamos películas de terror, montábamos Casas del Terror por la noche en la finca de mis abuelos para aterrorizar a nuestras respectivas hermanas y vecinos, leíamos libros y revistas de parapsicología, pero hasta ese momento nunca nos habíamos adentrado en la literatura de terror. Fue a raíz de leer esas dos novelas de Ralph Barby que sucumbimos a ese género y ya no leímos prácticamente nada más que terror desde aquel día.
La verdad es que esas dos obras de Ralph Barby nos dejaron alucinados, descubrimos el potencial conmovedor de leer historias de terror. Yo desde muy pequeño siempre había leído, pero básicamente literatura juvenil de fantasía o de aventuras, nada de terror. Esas historias me entretenían mucho pero nada más, no pasaban de ahí. Pero con el terror descubrí un nuevo (y único) mundo de sensaciones que transcendía más allá del gozo de leer un libro: pasaba realmente miedo leyendo a Ralph Barby solo en mi cama en medio de la noche, aun habiendo cerrado el libro seguía teniendo los nervios a flor de piel. Ningún otro género de lo leído hasta ese momento me había afectado tanto durante y después de leerlo; y eso era increíblemente excitante!
Así pues, puedo decir que gracias a Ralph Barby, mi amigo y yo nos convertimos a “la secta de los lectores de terror”. Leímos algunas novelitas más y con el tiempo fuimos abarcando otros autores y otros formatos de novelas, pero siempre Ralph Barby fue alguien especial para nosotros. Dentro del tipo de novelas en el que publicaba era el mejor con diferencia. Era original, escribía bien, sabía engancharte de principio a fin, siempre te quedaba un buen sabor de boca al acabar alguna de sus historias. Creo que para empezar con ese género y a los 15 años fue el anfitrión perfecto. Pero aún ahora, 14 años después, cuando tengo la oportunidad de leer alguna historia de él, no lo dudo dos veces, y como en el pasado, me lo paso terroríficamente bien.
Con el tiempo le perdí la pista y solo lo reencontraba rebuscando en librerias o tenderetes de viejo entre centenares de novelitas ya mohosas. Pero casualidades de la vida, hace una semana tuve una grata sorpresa: a raíz de un hilo abierto por Raúl recordando al Sr. Barby como uno autor que había leído en el pasado y del cual guardaba un grato recuerdo, para sorpresa de todos, el mismo Ralph Barby, se incorporó al foro! Que ilusión más grande saber de él, descubrir que aún, de algún modo, estaba vinculado a la literatura, y más concretamente al terror. No negaré que en un principio fui un poco incrédulo respecto a la veracidad del mismo... pero Julia me comentó que le constaba, por diversas fuentes, que Ralph Barby merodeaba por este y otros foros manteniendo el contacto con sus múltiples seguidores. Me emocionó mucho tenerlo tan cerca (aunque fuera de forma virtual y sin una correspondencia directa con él), aquel que fuera mi primer ídolo y introductor del género de terror!
Creo que este hecho será una buena ocasión para releer aquellas dos primeras novelas que cambiaron mi vida por lo que respecta a mis preferencias literarias.
Bien hallado el día que descubrir Ralph Bardy! Espero que siga en contacto con nosotros y sobretodo que nunca deje de escribir.
Autor: Marsten
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