miércoles, 29 de abril de 2015
sábado, 11 de abril de 2015
Presentación de El Levante, de Mircea Cărtărescu en Barcelona
Mircea Cărtărescu
El Levante
Traducción de Marian Ochoa de Eribe
Prólogo de Carlos Pardo
Mircea Cărtărescu Bucarest, 1956 Mircea Cărtărescu es un poeta, narrador y crítico literario rumano. Está considerado por la crítica literaria el más importante narrador rumano de la actualidad. Es doctor en Literatura Rumana por la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest, y autor de varias obras de enorme prestigio. De hecho, se considera que Cărtărescu es uno de los más importantes teóricos del posmodernismo rumano, y se trata de un escritor que goza de gran predicamento tanto dentro como fuera de las fronteras de Rumanía. De su obra poética, que cultivó a lo largo de toda la década de los ochenta, destaca El Levante (Premio de la Unión de Escritores Rumanos), nunca hasta ahora traducido al castellano y que Impedimenta recupera en una versión especialmente preparada por el autor. Cărtărescu dio el salto a la narrativa con el volumen de cuentos Nostalgia (Impedimenta, 2012; Premio de la Academia Rumana), que se abre con su célebre relato «El Ruletista» (publicado de modo independiente por Impedimenta en 2010). Siguió Lulu (Impedimenta, 2011), novela tortuosa y genial que indaga en el misterio del doble, y que le valió el Premio ASPRO. Su proyecto Orbitor (1996-2007), una críptica trilogía que adopta la forma de una mariposa, y que será recuperada próximamente por Impedimenta en traducción directa del rumano, se considera su obra más madura hasta la fecha. Recientemente ha publicado el volumen de cuentos Las Bellas Extranjeras (Impedimenta, 2013; Premio Euskadi de Plata de Narrativa), una sátira rayana en lo grotesco que narra secuencias de la vida literaria genuinamente rumanas pero también cosmopolitas, y que se ha convertido en un auténtico éxito de ventas en su país. Sus obras han sido vertidas al inglés, al italiano, al francés, al español, al polaco, al sueco, al búlgaro y al húngaro. Es el autor rumano más apreciado en el extranjero, y algunos consideran que podría ser el primer escritor en lengua rumana en obtener el Premio Nobel de Literatura.
Página web de la Editorial Impedimenta.
La Editorial Funambulista publicó en 2006 Por qué nos gustan las mujeres, y Cegador en 2010.
Eran tantas las ganas y la ilusión que salí de casa con mucho tiempo por delante. No quería, no me podía permitir llegar tarde o a la hora justa. No todos los días se tiene la posibilidad de estar en un acontecimiento tan ( para mí ) importante como era la presentación del libro de Mircea Cărtărescu.
Subí al tren y elegí asiento en el lado que daba al mar, abrí el libro y empecé a leer El Levante, de tanto en tanto dejaba descansar al libro sobre la falda, levantaba la vista y miraba el agua. Imaginaba el rostro de Manoil, de su hermana Zenaida, de piratas, del sol y todo lo que Mircea nombra en sus páginas. Y me decía a misma, ¡ Dios mio, tengo una joya entre las manos . De dónde saca este hombre tanto vocabulario, espléndido y maravilloso vocabulario!
Pero, a lo que iba. Sigo.
Llegué muy bien de tiempo al lugar. Lo primero que hice fue comprar un libro para Sergio, (nuestro queridísimo Chico que lee demasiado ).Una vez lo tuve ya me quedé tranquila y estuve paseando por cada rincón de la Central. Me encanta esta librería
Al cabo de unos minutos vi llegar al autor junto a su editor y el traductor, también a Enrique de Hériz.
A eso de las siete y cuarto empezó la presentación, algo más tarde de lo previsto, pero no me importó en absoluto.La sala no era muy grande, pero el ambiente que se respiraba era hermoso, sosegado, íntimo. Se notaba, se respiraba la admiración que todos los que nos encontrábamos allí sentíamos por Mircea Cărtărescu.
Mircea Cărtărescu, foto de Xavichu Montoliu
A modo de presentación y dándonos la bienvenida habló Enrique Redel, editor de Impedimenta.
Como introductor, Enrique de Heriz, siempre impecable. Qué gran lector es Enrique, además de buen escritor, ( no he leído El Ruletista, pero te aseguro que después de escucharte me quedó claro que debo hacerlo sin demora)
Y por fin lo que todos esperábamos, escuchar a Mircea, y, a su traductor, claro. Creo que su voz nos sonó a música celestial, porque a todos, absolutamente a todos los presentes se nos escapó un suspiro de entusiasmo.
Me encantó su forma de hablar, su razonamiento. Su humildad y su saber estar. Nos recitó un párrafo de El Levante, quiso que escucháramos el tono, el sonido de las palabras en el idioma en que está escrito el libro. Un libro de locos, dijo, no hay otras palabras con qué definirlo. Un libro de locos y absolutamente mediterráneo. Una epopeya.
Explicó sus dificultades mientras lo escribía, porque fue una época dura y estaba seguro que no conseguiría publicarlo , pero vaya si lo hizo. Nos contó que por aquel entonces vivía en el ultimo piso de un bloque pequeño, humilde, mal ventilado y sin calefacción. Por la noche,mientras con una mano tecleaba la máquina de escribir, con la otra mecía el cochecito con su niña.
Hubo preguntas por parte de los presentes. Me pareció muy interesante una que formuló una señora. Por lo visto, Adele ( la cantante) actuó en el Palau de la Música y recitó un poema de Mircea, la señora le
preguntó si ese poema está publicado y traducido al español o por el contrario todavía no.
Dijo que si y el nombre del libro donde se encuentra dicho poema y nos contó que cuando lo escribió lo guardó en una caja de zapatos y lo dejó bajo la cama y que allí se pasó más de dos años.
Terminó la ronda de preguntas. Y empezó a firmar libros. Se le notaba el rostro cansado. Pero, ahí seguía atendiendo a todos, con una educación exquisita. Me atreví a hacerme una foto con él.
Un inventor de mundos, como le define Carlos Pardo en el prólogo de Levante. Ese es Mircea para mí, un inventor de mundos y un referente para todos, creo yo.
Foto de Enrique Redel
He intentado explicar lo que sentí esa tarde, pero fue, sigue siendo una emoción tan intensa,que no soy capaz. Las palabras tropiezan y se hacen un lío. Lo que puedo asegurar es que por mucho tiempo que pase no olvidare jamás esas hora vividas. Benditos momentos.
Madison
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