Estamos en época de Ferias del Libro. La ciudades de nuestro país se visten de libros y las casetas de los recintos, situados en sitios céntricos y atractivos se aprestan a mostrarnos sus novedades y sus fondos de armario.
En realidad podríamos decir que el acontecimiento para el mundo editorial esta en Madrid y Barcelona que es donde realmente efectúan el despliegue de medios las mas importantes editoriales y los grandes escritores de público devoto hacen acto de presencia. Miles de amantes de los libros esperan ansiosos los paseos entre los puestos, hasta organizamos viajes de fin de semana, para poder hacerlo.
En provincias nos conformaremos con otras mas humildes impulsadas por las librerías y las editoriales locales, pero también por las asociaciones de escritores. La vida es mas intensa en esos paseos que huelen a primavera, entre los puestos de libros, Son reencuentros de amigos en un entorno mas cercano.
A falta de figuras de esas que venden miles y miles de ejemplares, es mas fácil establecer lazos permanentes con los que tenemos aquí. Un deseo ambicioso sustituido por la calidez de la proximidad.
La cantidad de casetas la sustituimos por actos imaginativos. Os hablo de mi Zaragoza, que es lo que tengo mas a mano.
Tenemos este año una estupenda variedad de espacios: Cafeterías y pub acogen tertulias en torno a un café, y lecturas poéticas nocturnas. Actividades para niños en el Hospital Infantil. Presentaciones de libros en espacios diferentes: el edificio de Capitanía General y el Paraninfo de la Universidad, Ámbito cultural del Corte Ingles. Ciclos de conferencias sobre Novela Histórica y el encuentro tradicional de Los hijos de Mary Shelley coordinado por Fernando Marías.
No nos faltan algunas figuras de las grandes y admiradas, algunas de la tierra como mi queridísima Ángeles de Irisarri ( es personal) pero no es cuestión de hacer un listado porque seguro que quedo mal con la mayoría.
Tenemos también un país protagonista, ¡faltaria más! este año es Rumanía. No nos falta de nada, en nuestra modesta Feria del Libro, tenemos el universo del lector en una plaza encantadora, y la imaginación trabajando para llenar ausencias y dar un significado diferente a la idea.
Yo de momento tengo una cita, con