¡Por fin! ¡Ya está aquí! ya tengo en mis manos mi primer lector de libros electrónicos, un precioso Kindle de tercera generación.
Y digo por fin porque... aunque tardas un año en decidirte, luego no puedes esperar ni un día en tenerlo en casa. Eso sí, hay que reconocerle al señor Amazon que se lo curra, y desde su Web puedes ver dónde está el pequeñín en todo momento... sale de USA, llega a Colonia (ya viene, ya viene), pasa por Madrid (¡Dios! que llegue ya que me quedo sin uñas...), Zaragoza, Bilbao (¿acaso está haciendo turismo?)... y finalmente llega a casa.
En casa me siento en el sofá, en silencio... bueno, primero mando a mujer y niños al parque... y como decía, me siento, en silencio, abro la caja y... ¡¡qué bonito!! Pasado el shock inicial, y casi babeando, corro "al despacho", lo saco de la caja y me dispongo a quitar un papel que está encima de la pantalla y que indica con un dibujo cómo realizar la primera carga… eh… esto no sale… ¡pero si no es un papel! ¡Es la pantalla del Kindle! me quedo alucinado, con los ojos como platos y la boca abierta... esto prueba que el lector es bueno, muy bueno. Lo conecto al puerto USB, dejo que se cargue y paso mi primer e-book, uno, para probar. Enciendo el lector y busco el libro, lo abro y… si la primera impresión había sido buena (con el supuesto papel que tapaba la pantalla), la segunda aún es mejor.
La pantalla es de seis pulgadas, que viene a ser como un libro de bolsillo, pero la calidad de la imagen es bestial. Las letras están perfectamente definidas, por comentarios de gente que tiene éste y otros lectores, el nuevo Kindle es especialmente bueno en este apartado, ya me gustaría que algunos libros que tengo tuvieran esa nitidez. Pero además, con un botón puedo elegir entre unos ocho tamaños de letra, tres entrelineados y tres tamaños de márgenes, vamos, que es imposible no encontrar una configuración ideal. Y las ventajas no acaban ahí, no pesa nada (aún recuerdo la pasta que me ahorre este verano en gimnasio leyendo Un mundo sin fin, además es ideal para los que leen fuera de casa); puedes almacenar cienes y cienes de libros (ideal para las vacaciones); la tinta electrónica no cansa la vista… además mi Kindle viene con diccionario de inglés (creo que hay de otros idiomas), marcas la palabra que no conoces en el texto y te sale la definición sin tener que andar buscando en diccionarios; también es capaz de leer libros en inglés (curioso, y divertido si le pides que te lea uno en castellano); tiene wi-fi para comprar libros sin necesidad de ordenador, suscribirte a un periódico (están prácticamente todos los españoles en Amazon) y que se descargue cada mañana a tu pequeñín o navegar por Internet. Y para acabar, viene con unos salvapantallas con grabados de imágenes de autores clásicos que quitan el hipo… preciosos, lo digo porque ayer estuve apagando y encendiendo el Kindle durante varios minutos para ver las diferentes imágenes que tiene.
Sólo llevo un día con él, y apenas habré leído unas páginas… pero ya me considero un incondicional de los lectores electrónicos en general y del Kindle en especial. Voy a tener que enseñárselo a mi bibliotecaria, que el otro día me comentaba que ella prefería el libro de papel, la sensación de cogerlo, olerlo (¿?), pasar las páginas… reconozco que los libros tienen su encanto pero… tengo claro que no ha probado con un libro electrónico (aquí pondría el emoticono del diablillo). Y que conste que no voy a dejar de comprar libros de papel, que también me encantan.
Y ahora, si me permitís, voy a disfrutar de uno de los mayores placeres de la vida, leer… así que me pongo cómodo, enciendo mi lector y me dejo transportar a la Europa de la 2ª Guerra Mundial de la mano del maestro Zweig...
Fdo : Kobayashi