lunes, 3 de junio de 2013

Anne Sinclair retrata la 'Calle La Boétie'


Pocos escenarios son más adecuados para celebrar una charla entre las directoras del Huffington Post en España y Francia, que el Instituo Francés del Madrid. El pasado día 21 de mayo, Galaxia Gutenberg organizó este encuentro con motivo de la presentación del libro de la periodista francesa Anne Sinclair, Calle La Boétie 21, apasionante relato en el que la veterana periodista bucea en la historia de su familia.

De maestra de ceremonias ejerció Monserrat Dominguez, quién preguntó a Sinclair por el pasado de su abuelo, Paul Rosenberg, marchante de arte que se codeó con Picasso y que tuvo que huir de Francia para salvar su vida debido al acoso nazi. "La gente, cuando pasaba por la galería de mi abuelo, se reía y decía que un niño pequeño podía pintar esos cuadros", comentó Sinclair.

El deseo de indagar en su familia y en particular en su abuelo le vino tras la dura pregunta que un funcionario francés le hizo al renovar su pasaporte: “¿Sus cuatro abuelos son franceses?" Era la pregunta que habían hecho por última vez a los que pronto subirían a un tren de camino de los campos de concentración. Calle La Boétie 21 nos sumerge en la Europa que se dirige hacia el desastre y que cuenta con protagonistas como Matisse, Picasso o Berger, cuyas hsitorias se entrelazan con la vida de su abuelo: "No he querido hacer una biografía de tipo clásico, sino un libro impresionista, que intenta revivir el periodo de entreguerras y de la guerra", explicó la directora del Huffington Post francés.

Marchante, amigo y vecino, Picasso vivía en el portal 23, Rosenberg y el pintor cubista convivieron durante muchos años: "La ventana de la cocina servía para que Picasso mostrara a mi abuelo las diferentes etapas del cuadro que estaba pintando", contó la autora quién también quiso resaltar que esa amistad no se resintió ni en la distancia: "He encontrado más de 200 cartas de mi abuelo a Pablo -a quien llamaba Pic- que dan fe de una amistad muy viva."

La estrecha relación que mantenía su familia con Picasso le hizo a Sinclair ser una hipotética candidata a ser retratada por el pintor malagueño, no obstante, la periodista reconoció que en su etapa adolescente no le interesaba el arte y los cuadros de Picasso por lo que rechazó su oferta: "pensé que me dibujaría con un ojo aquí y otro allá", se excusó, probablemente lamentando cuánto podría valer hoy en día ese retrato.



No hay comentarios: